El dragón de las rosas

Es como un edén, sólo de rosas, rosas de colores inimaginables e imaginables, rosas que proyectan eternidad o suavidad, angustia o deseo, temor y hasta fascinación, son capaces de encantar con su mirar.
Es como un edén, pero sólo de rosas, ni siquiera en sueños lo hemos deseado, una rosa siempre es mas bella que la anterior, inmortales, por siempre mágicas, hermosas seductoras.
Es como un edén, en él sólo rosas encontrarás y con eso bastará, porque tu mirar nunca se dejara de asombrar, cada una distinta a las demás, cada una destaca de las demás, de las maravillas que allí hay, no te cansarás, siempre algo nuevo encontrarás, rosas llenas de paz te envolverán y con su sabor la felicidad abundará, de la tristeza ellas te cubrirán.
Es como un edén, sólo de rosas, llenas de valentía, llenas de alegría, solo poesía, rosas inconfundibles, sanadoras, celestiales, incomparables, rosas de belleza terrenal, angelical y por siempre inmortal.
Es como un edén, rosas hay en él, romanzas sin fin en sus nidos, tierna paz que es música para mis oídos, puente de rosas hacia la eternidad, belleza sin igual.
Es como un edén, nunca llegarás a él, aunque alas tengas, jamás te posarás en él, en sus puertas, en su cielo, protegido está, un dragón con corazón de hielo, de él cuidará.

Escrito por Javier Abarca Lagos