Dulce mortal…
Te puedes convertir en lo que anhelo
Y es así…
Para mí los días llevan tu nombre
Boca de preciosa primavera
Para mí las estrellas llevan tus ojos
Y el universo reposa en tu boca
Sembrando constelaciones
En el cielo que dejan tus labios…
Y de vez en cuando te extraño
Con ansiedad…
Con tormentas de arena
Que provocan sal
Con espasmos en los recuerdos
Con sudor, sangre y sufrimiento
Boca de cristalina agua
Mariposa de fría espalda
Arrímate a mi mundo
Que es lo oculto dentro tuyo
Y de vez en cuando te pertenezco
Como creo en los cielos
Como aceite de incienso
Flor de anhelos olvidados
Que quieres de mí
Época de belleza y espanto…
Escrito por Javier Abarca Lagos