
Bajo tu piel sólo me queda el recuerdo de haberte acariciado
El sabor inconfundible de tus labios cada vez que nos besamos
Tú, controlando mis actos, dando los tiempos para amarnos
Sigo bajo tu piel, sumiso ante ti
Mis manos, como si fueran dueñas de ti, hacen suyas tu cuerpo
Tocándote por completo, palpándote a cada segundo eterno
Diosa del amor y el tiempo
Escrito por Javier Abarca Lagos